viernes, 25 de septiembre de 2015

Midas y Apolo

Después de la gran lección que Midas aprendió, deseó ser el hombre más pobre del mundo pero resultaba ser un rey pobre; aunque se deshizo de todo su oro, no pudo deshacerse del palacio. 
El único consuelo que encontró fue hacer largos paseos a través del bosque, alejándose un poco más del palacio todos los días. Le bastaban unas cuantas frutas para sobrevivir. Una tarde, escuchó dos voces discutiendo; se aproximó al lugar de origen y vio a dos dioses: Pan, un dios con piernas y pies de cabra que tocaba la flauta y Apolo, dios de la música. Midas se sintió muy feliz y dichoso. 
El dios Pan, le dijo a Midas que sería el juez quien decidiría quién tocaba la mejor música.Ambos comenzaron con un duelo de música y cada uno cautivó a Midas, pero el dios Pan fue su predilecto. Apolo muy enojado, ofendió al dios Pan diciéndole cabra y a Midas le dijo que era un sordo para la música buena, que tenía orejas de burro. 
Midas experimentó un zumbido en sus oídos y efectivamente, tenía orejas de burro. Otro regalo indeseable para Midas. Se dice que avergonzado y perplejo, por el resto de sus vidas usó un turbante hecho de tela enrollada en la cabeza.

martes, 22 de septiembre de 2015

El rey Midas y el toque de oro

Hace mucho tiempo existía un rey muy rico llamado Midas quien amaba el oro más que nada en el mundo. Amaba su reino sólo porque era de oro, su corona y a su hija, Iris. Para él le resultaba dificil decidir cuál era su mayor amor, su hija o su oro. 
   Midas quería ser el hombre más rico de todo el mundo, era feliz, pero en el fondo sabía que no era tan feliz como podría serlo si tuviese aún más oro. Un día, estaba contando sus monedas en el sótano donde guardaba su oro y de repente apareció Baco, el dios de la felicidad. Baco le dijo que era un hombre inteligente, que jamás había visto tanto oro como el que tenía en su palacio. Midas le dijo que a pesar de eso no era el ser vivo más feliz sobre la Tierra. Qué es lo que te haría realmente feliz? - preguntó Baco-. Midas le dijo que todo lo que deseaba era que todo lo que él tocara se convirtiera en oro. Estaba muy seguro de que eso necesitaba para ser feliz.
  Al amanecer Midas despertó muy emocionado, pues se dio cuenta que su toque de oro funcionaba con absolutamente todo a su al rededor. Incluso convirtió en oro un regalo que su hija había bordado en colores para él, pero no le importaba. Bajó a desayunar y finalmente se dio cuenta de su gran error; pensó que moriría de hambre, pues la comida que tocaba se convertía en oro, así que se las ingenió para hacer que un pan tostado cayera justamente en su boca, pero no se percató de que este al entrar en su boca se convertiría en oro, así que le quemó toda la garganta provocandole un gran dolor y sus lágrimas comenzaron a caer. Su hija iris, asustada, lo vió y se acercó a él dándole un abrazo. Midas tardó en liberarse de los brazos de metal que lo rodeaban. Salió gritando del salón y se fue a refugiar a su sótano de oro. Por un momento deseó ser el hombre más pobre del mundo, si sólo con la pérdida de sus riquezas pudiese recuperar a su hija. Baco apareció de nuevo y esta vez le preguntó si se sentía feliz con el toque de oro. Midas negó eso, dijo que era el hombre más infeliz. -Baco le hizo una pregunta-¿Cuál de las dos cosas crees que valgan más: el regalo del toque de oro o tu propia hija?. Midas  gritó que su hija, dijo que no hubiera dado ni un cabello de oro para convertirla en oro completamente. Baco le respondió que ayer era un hombre listo, ahora era un hombre sabio. También le dijo cómo revertir el efecto del oro unicamente mojandose con el agua de su palacio. Fue de prisa a lavarse y con un balde de agua, mojó a su hija. Iris no pudo recordar nada de lo que había sucedido desde que abrazó a su padre. Finalmente, Midas fue lo suficientemente sabio para saber que había algo mejor que todo el oro del mundo: el latido de un pequeño y tierno corazón que le amaba verdaderamente. 



viernes, 18 de septiembre de 2015

Eco y Narciso

Los griegos creían que el hecho de que dos personas se enamoraran profundamente era obra de el pequeño dios Cupido, quien con sus flechas de oro, hacía que las personas se enamoraran de la primera persona que veían. Aunque no siempre los matrimonios terminaran bien o el amor fuera correspondido. Este fue el caso de Eco y Narciso.
  Cupido era muy descuidado. Una vez flechó a una mujer llamada Eco, quien caminaba sola por el bosque. Cuando la mujer tenía que atravesar un río vio del lado contrario a un joven apuesto llamado Narciso. Así fue como decidió vadear el río para encontrarse con el amor de su vida, el hombre más guapo que había visto; Narciso, trataba de alejarse de Eco, pero ella lo seguía y tenía la última palabra a pesar de las negativas de Narciso quien despotamente que él no la amaba. Después de muchos intentos, Eco comprendió que su amor por Narciso no florecería jamás y fue así como se ocultó en una cueva a llorar por su desgracia amorosa; fue tanta la desilusión que dejó de comer, no tenía razones para vivir y se dejó morir. Es por eso que dicen que cada vez que su canto de amor se escucha para aquellos que llaman y sigue teniendo la última palabra.
  Lo único que se sabe sobre Narciso es que fue flechado por Cupido mientras se encontraba bebiendo agua en una fuente. Narciso vio su propio reflejo y se enamoró de si mismo. Tratando de tocar su bella imagen, lo único que conseguía era turbar las ondas del agua. Se dice que se amaba tanto que dejó de comer por pasar todo el tiempo a la orilla del agua, observándose; al igual que Eco murió de amor. 
   Las personas dicen que después de su muerte una flor creció a las orillas del agua; fue el cuerpo de Narciso quien se transformó en flor.



jueves, 17 de septiembre de 2015

Baucis y Filemón

Zeus estaba muy preocupado al ver que los hombres estaban muy entretenidos con su nuevo fuego y todas las cosas que hacían; alguien inventó la rueda y se crearon coches y carretas para buscar nuevos caminos. Comenzó a sentirse culpable pues todos sus planes para el futuro de la raza humana habían fallado, en parte por el fuego de Prometeo y principalmente porque él había creado a Pandora que abrió la caja de los problemas. 
   Zeus mandó a su mensajero Hermes para que le contara como era la  nueva vida en la Tierra; estaba listo para castigar a los humanos que se olvidaron de los Dioses. Hermes regresó muy emocionado y le contó que los humanos organizaron desfiles en su honor y le regalaron las llaves de la ciudad. Le contó que la gente aún recordaba a Zeus pero que no le habían construido ningún templo para adorarlo, sólo se trataban de un estadio. Zeus se molestó tanto, no sabía hasta qué punto había llegado la perversión del humano; decidió que junto con Hermes se disfrazarían de mendigos para espiar a los humanos de cerca. 
  Tratando de llegar al primer pueblo, detuvieron a un carro para que los llevara. El auriga se detuvo y les dijo que si tenían dinero para el viaje, si no tenían no había viaje. Zeus se dio cuenta que los humanos se habíando vuelto egoístas, sólo hacían favores a cambio de dinero. 
   Cuando llegaron a la primera casa, le pidieron comida y asilo en nombre de Zeus a una señora quien se negó a hacerlo, diciendo que Zeus lo únicoque hizo fue llenar el mundo de problemas y cerró la puerta. 
  Zeus y Hermes siguieron caminando y encontraron a un hombre sentado afuera de su pobre casa y los invitó a comer algo en nombre de Zeus. Él y su esposa Baucis les ofrecieron todo lo poco que tenían, su casa era muy pobre, por dentro y por fuera. A pesar de sus buenas intenciones, tenían cara de vergüenza pues si la comida no alcanzaba para dos, menos alcanzaba para cuatro.Hermes llenó las copas de vino hasta el tope y fue así como se dieron cuenta de que sus invitados no eran mendigos sino Dioses, por lo que se arrodillaron y les pidieron perdón por ser tan pobres. Zeus les dio las gracias, porque ellos dieron más que nadie. 
Les moestró lo que había hecho, inundó a todo el pueblo,que se convirtió en un lago. Y desapareció la casa de Baucis y Filemón y en su lugar creó un gran templo de plata con una estatua de él mismo para que nunca más los hombres olvidaran a los dioses. 
   Baucis y Filemón se dedicaron a cuidar el templo de Zeus y cuando murieron fueron enterrados junto a éste. Hoy en día, este mismo templo existe en Grecia y a su lado se pueden ver dos árboles, que si pones mucha atención, emiten susurros. Son Baucis y Filemón elevando sus oraciones a Zeus. 



viernes, 11 de septiembre de 2015

Pigmalion

Pigmalion era un famoso escultor que podía convertir un bloque de piedra en una estatua de una gran belleza.  Comenzó a practicar  sin parar desde los 15 años. Las personas que veían sus obras decían que tenían vida propia, pues eran tan reales que parecían tener movimiento.
    A pesar de su gran talento para esculpir bellas obras de arte, era el hombre más solitario del mundo. Odiaba a  todas las mujeres, decía que todas eran estúpidas, deshonestas y fastidiosas, pues una de ellas lo rechazó, mientras que él la amaba con mucha devoción. Desde ese momento, nunca habló con una mujer a pesar de que él era un joven apuesto y fuerte. 
    -Como no hay una mujer perfecta - se dijo a sí mismo - crearé una de piedra. Desde ese día no paró de trabajar sobre un bloque de mármol blanco y su obra fue tomando forma poco a poco. Creó una criatura de tal belleza que quitaba el aliento. Tan emocionado con el resultado, Pigmalion intentó besarla pero sintió unos labios demasiado duros fríos y se echó a llorar. 
    Ese mismo día había un festival dedicado a Venus, la Diosa de la belleza. El le suplicó muchas veces que le entregara a una mujer tan bella como su estatua. Más tarde, pensó que era una estupidez de su parte, que Venus no oiría sus súplicas. Regresó a su casa deprimido. 
    Pigmalion se dirigió a la estatua y al tocarla, le pareció que estaba caliente, que el mármol se ablandaba y que deponiendo su dureza, cedía a los dedos suavemente, como la cera se ablanda a los rayos y se deja manejar con los dedos, tomando varias figuras y hacíendose más dócil. Al verlo, Pigmalion se llenó de temor mezclado con un gran gozo, creyendo que se engañaba. Volvió a tocar la estatura otra vez y se cercioró de que era un cuerpo flexible y que las venas daban sus pulsaciones al explorarlas con los dedos. 

   -Mi amor- le gritó. Y ella se sonrojó...

   Desde el Monte Olimpo, Venus le dijo: 
"Mereces la felicidad, una felicidad que tú mismo has plasmado. Aquí tienes a la reina que has buscado. Ámala y defiéndela del mal".
Y así fue como Galatea, la escultura, se volvió humana.  



miércoles, 9 de septiembre de 2015

Prometeo y Pandora

La vida del hombre debajo del Monte Olimpo era muy sencilla. Todos los hombres eran igual de ignorantes y felices. Los dioses eran muy sabíos pero se aburrian fácilmente. Un día, Zeus decidió llamar a uno de sus dioses: Epimeteo. Zeus le encomendó la tarea de llevar dos cajas a la Tierra. Una caja grande y una pequeña. La caja grande contenía "diferencias" que serían entregadas aleatoriamente a los hombres, mientras que en la caja pequeña se hayaba un gran secreto que Epimeteo no debía abrir, a menos que Zeus se lo pidiera.  
   Cuando Epimeteo llegó a la Tierra, la noticia se esparció rápidamente y todos los animales esperaban para que también a ellos les fueran concedidas ciertas cualidades.  Le dio timidez al ratón, fuerza al oso, lealtad al perro, pereza al cerdo y ocupación a la abeja; la zorra obtuvo astucia y la mula terquedad. Por último llegó el hombre, preguntando qué diferencia le sería otorgada. Epimeteo se dió cuenta que no quedaba ninguna, también recordó que el humano era la criatura favorita de Zeus y éste se enojaría si se enterara de este problema. 
    Epimeteo decidió enviarle un mensaje instantáneo a su hermano Prometeo, para que le enviara algo rápidamente, antes de que Zeus descubriera su error. Prometeo, al recibir el mensaje supo que enviaría el "fuego" pues pensó que sería muy comfortable para los humanos. Cuando estuvo a punto de enviarlo fue descubierto por Zeus, quien le ordenó no hacerlo. Los humanos serían capaces de cocinar carne - le dijo - Pronto matarían a otros animales; fundirían el oro y la plata; harían monedas y venderían cosas por dinero; podrían fabricar armas y comenzar  varias guerras; construir máquinas voladoras y llegar hasta el Monte Olimpo. A pesar de sus predicciones, Prometeo no hizo ningún caso y envió fuego a la Tierra. Lo único que Zeus pudo hacer fue castigar a Prometeo, encadenandolo a una montaña.Todos los días veía a los humanos usando el fuego y a Epimeteo solitario. 
   Astutamente, creó a una mujer llamada Pandora para que fuera la esposa de Epimeteo.
Pasaban mucho tiempo juntos y eran muy felices. Ella siempre insistía en que quería ver la pequeña caja que Epimeteo guardaba con tanto recelo, y éste siempre le negaba echar un vistazo. Un día, ella desobedeció a su esposa y abrió la caja: era una caja llena de problemas. Pandora trató de cerrarla pero ya era demasiado tarde, la codicia, el hambre y el miedo volaron; el sarampión, paperas, viruela salieron por la ventana. 
    Epimeteo muy asustado, se dio cuenta que la caja aún no quedaba vacía. La esperanza quedó aplastada por todos los problemas. El mundo puede estar lleno de problemas -dijo-, pero las cosas no serán tan malas siempre y cuando tengamos todavía esperanza. 





  


viernes, 4 de septiembre de 2015

Orfeo y Euridice

Orfeo y Euridice habían sido alcanzados por las flechas de Cupido. Su primera mirada fue inmediatamente seguida por su compromiso para casarse. Nunca dos jóvenes habían sido tan felices.
   Pero la alegría se volvió tristeza justamente después del casamiento. A Eurídice la mordió en el pie una serpiente venenosa y unas horas después su corazón dejó de latir. Ahora era una ciudadana del reino de Plutón y su esposa Proserpina. 
     Orfeo descendió de la Tierra y le suplicó a Plutón que permitiera llevarse a Eurídice de regreso a la Tierra. Plutón estaba tan conmovido por la vida tan feliz de la pareja que accedió a la petición, pero con una condición: ambos debían caminar directamente hasta salir del infierno, sin mirar una sola vez hacia atrás. Si alguno de los dos lo hacía, Eurídice tendría que regresar. 
     Los dos amantes se unieron otra vez y emprendieron el largo viaje hacia la Tierra. Eurídice aún sentía dolor, así que la subida fue larga y difícil. Decidió hacer una pausa y se detuvo, pero Orfeo siguió caminando maravillado por la idea de llegar al Sol. -¡El Sol!-gritó Orfeo. Miró hacia atrás para sonreír a su novia y vio na mirada de horror en el rostro de Eurídice. Ella cayó de rodillas, Orfeo corrió hacia ella tratando de alcanzarla , pero sus brazos tocaron solamente el vacío... era ya demasiado tarde, ella desapareció en los infiernos para siempre. -Te esperaré- susurró. 
      Eurídice no tuvo que esperar mucho tiempo, pues Orfeo murió un poco después de su regreso a la Tierra sólo para estar con su amada. Y desde ese entonces, se dice que caminan juntos de la mano en el infierno para siempre.